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martes, 21 de enero de 2014

El Arte en la Historia: El Arte Barroco: Concepto, Características



 

El Arte Barroco: Concepto, Características

Bernini: Apolo y Dafne







EL ARTE BARROCO



Concepto

El
concepto de Barroco hace referencia a la cultura europea del S. XVII y
parte del S. XVIII. Es un tipo de arte con dos núcleos distintos: el
norte dominado por la reforma protestante y el sur por la contrarreforma
católica. A su vez responde a los intereses de dos tipos de clientes:
la nobleza cortesana imperante en Europa (así como también los monarcas
absolutos) y la Iglesia Católica que reclama obras de arte como elemento
de propaganda de la fe contra los protestantes. Forma parte entonces de
los componentes del arte Barroco, su condición de arte propagandístico
(como afirmación de la monarquía absoluta y como afirmación del
catolicismo en su lucha contra el protestantismo).



En sus
orígenes el término “barroco” tuvo un sentido despectivo, designando lo
“extraño”, lo contrario a las normas clásicas. El siglo XX lo afirmó
como un estilo artístico con características propias, resignificando el
término.



En mérito a ese carácter propagandístico, es un arte de
persuasión, que apela a las emociones del espectador, para ello en las
representaciones busca capturar el momento de mayor dramatismo, por lo
que debe abandonar los principios claves del clasicismo renacentista de
simetría, proporción y armonía, para recurrir al movimiento, a la
asimetría, a las líneas diagonales, a los recursos escenográficos, a las
formas exuberantes, al efectismo con la luz.



En líneas
generales, como estilo artístico, podemos sostener que los cambios que
introduce en el gusto y en la cultura artística de la Europa del
Seiscientos, son el abandono de la idea renacentista del arte como
representación e imitación de la realidad en un riguroso sistema de
relaciones proporcionales y armónicas, y la afirmación, al mismo tiempo,
de una nueva relación de naturaleza emocional con el espectador, en que
el artista intenta sobre todo conmover y persuadir mediante los
recursos de la imaginación que parece no conocer límites, la elocuencia,
la extrema agudeza realista y sensorial de las imágenes y los más
complicados y espectaculares efectos escenográficos, la interacción de
todas las artes, la nueva concepción del espacio, de la naturaleza y de
la renovada relación entre ésta y el hombre. Estos elementos ya se
encontraban presentes en las experiencias más significativas de los
primeros decenios del siglo y se convirtieron más tarde en las
características de la producción artística del siglo XVII, a pesar de la
presencia de aspectos muy diversos y a menudo divergentes.



Roma
va a ser el centro de toda esta renovación, donde la nueva tendencia del
gusto que se puede definir como barroco se impone rápidamente
adaptándose, en sus manifestaciones más opulentas y fastuosas, a las
exigencias de prestigio y ostentación de la sociedad aristocrática de su
tiempo y sobre todo a los ideales espirituales y temporales de la corte
papal. Más que en obras de pintura o escultura destacadas, los
caracteres más significativos del barroco romano se manifiestan en la
tendencia a la fusión de las diversas formas artísticas, en la
definición de nueva estructura espacial, en las obras arquitectónicas y,
principalmente, en la nueva concepción urbanística que dio lugar a una
imagen unitaria de la ciudad. La imagen de la Roma barroca desde la
columnata de San Pedro a la plaza Navona, plaza del Popolo, plaza de
Spagna, de Santa Maria Maggiore, de Trevi y los complejos de Letrán y
del Quirinal, hasta otros múltiples ámbitos urbanos, en una secuencia
escenográfica y admirable que relaciona organismos monumentales y ejes
viarios, fue la creación de un nutrido grupo de artistas. El prestigio
de la “ciudad eterna” y la política cultural del papado, contribuyeron a
una rápida y extensa difusión del barroco en Italia y en toda Europa
-desde Polonia a Bohemia, desde Austria a Alemania meridional y a la
península Ibérica- hasta América Latina. La primacía cultural italiana,
en la Europa de principios del siglo XVII, alcanzó a los más diversos
campos de la cultura, desde el teatro hasta la música, de la poesía a la
ciencia y además y sobre todo a las artes visuales. En especial se
difundió la nueva concepción de un espacio creado dinámicamente,
sometiendo los muros a un juego de alternancias de salientes y
entrantes, unas veces contraídos, otras ilusoriamente dilatados con lo
que queda anulada la antítesis “interior”-”exterior”. Junto a la nueva
concepción espacial se extendió el riquísimo repertorio decorativo de
los artistas romanos, indisolublemente ligado a la arquitectura por los
estucos, los frescos, y las tallas, también aplicado a los muebles, a
los tejidos, a la orfebrería, a los montajes festivos y a la
escenografía.

jueves, 9 de enero de 2014

La ciudad de Banderilla Veracruz

La ciudad de Banderilla Al trazar este escudo se trató que los muebles , colores y esmaltes concordaran con la historia de la población, así pues tenemos que la villa simboliza al municipio, la ciudad o asentamiento humano, las abejas a la laboriosidad y cooperación entre la población, el verde la esperanza, los lirios son símbolo del santo patrono de la comunidad y significan "Paz en el hogar', por su parte el color plata significa pureza, el libro abierto representa la justicia y el orden, la banderillas aluden al significado del nombre de la ciudad, en este último cuartel se resume la simbología de la búsqueda del orden y la justicia para los viajeros de las diligencias que por allí transitaban y las banderillas eran la señal de que todo estaba bien dispuesto para continuar el viaje sin ningún problema. Los Quetzales asentados en agua, describen el significado del nombre prehispánico, "Quetzalipan" (Río rico o de la abundancia).


 Su nombre original era Tlalquetzalan, tierra de los quetzales, igual que su río se llama Quetzalapan o río de los quetzales, haciendo referencia a las abundantes aves que en otro tiempo existían. Hubo en este lugar, entre los siglos VI y IX D. c., un asentamiento prehispánico que formó parte del Totonacapan. Este hecho se comprueba a partir de la serie de piezas y restos arquitectónicos encontrados donde ahora tiene sede la ciudad. Es en el siglo XVI, hacia 1580, cuando ya se puede documentar el registro de esta población en los mapas, a la que se denominó "Venta de Sedeño" en honor a su propietario Juan de Sedeño, que fuera uno de los capitanes de Hernán Cortes. El edificio aún está en pie y en relativa buena condición y puede considerarse como uno de los edificios más antiguos del continente americano. . Calle Hidalgo en 1927 .
Calle Hidalgo en  1927

 Existen relatos de su función principal como Venta desde 1537, que servía para el descanso de los viajeros y cambio de monturas con mucha capacidad de carga, generalmente caballos "percherones" que por su fuerza eran apropiados para emprender el ascenso a·la sierra, que se tornaba con mayor pendiente a partir de este tramo. .

 Por ser lugar de tránsito de diligencias con cargamentos de oro, plata y otros valores, se instalaron postes o mecheros que alumbraban el trayecto para ayudar a que el comercio de la región fuera más seguro. Las banderas eran colocadas en los árboles de mayor altura a fin de que los viajeros avanzaran o se detuvieran, una vez que se había explorado el camino, para comprobar que había paso libre o, en caso contrario, saber si existía algún peligro de que aparecieran asaltantes. De allí el nombre de "Banderilla". El Cerro de La Martinica era uno de los miradores en donde se apostaban las banderillas indicadoras. A este punto, -hoy una reserva ecológica-, fue remitido un destacamento de soldados de origen caribeño al servicio de la Corona Española, para hacer el resguardo de los cargamentos que eran trasladados de México a Veracruz.


La importancia de Banderilla, aunada a su ambiente acogedor, dejó gratos recuerdos en gente de lejanas tierras. El cronista y viajero alemán Alejandro Van Humbolt, que recorrió México hacia 1799, la describe así:  
"Cerca de Xalapa, los bosques de liquidámbar anuncian, por la viveza de su verdor, que es aquella altura donde las nubes suspendidas sobre el océano vienen a tropezar con los picos de basalto de la cordillera. Más arriba, cerca de Banderilla, ya no llega a madurar el fruto nutritivo del plátano, de manera que en esta región nebulosa y fría, la necesidad precisa al indio a trabajar y aguijonear su industria." 

 El progreso también trajo beneficios y adelantos a esta región. El ferrocarril fue uno de ellos, que aún sirve como división de la población, trazada en torno de este medio de comunicación, con una calle principal de comercios. Las industrias, poco a poco, tuvieron sitio aquí, hacia 1898 se instaló una fábrica de puros, "La Perla". .

Banderilla es la única población serrana -además de Coscomatepec, en la región de Orizaba-, que produce los tradicionales puros torcidos a mano. Hoy en día la antigua factoría puede ser visitada. Luego, en 1907, se establece una fábrica de cerveza en el barrio conocido como Tlalchichi.